Tal pareciera que la mítica caja fue abierta por alguien para incomodar a muchos. Todos los males están juntos para hacer del mercado un sitio en el que confluyen leyes, vicios, abusos y expresiones de asombro –y ni qué decir del informal, el momento ideal para mercaderes de ocasión, quienes poco aportan, o nada, al propósito por el cual existe este mecanismo ancestral.
En diálogo para el programa En Línea con Leticia González Padrón, Subdirectora de Finanzas y Precios en Cienfuegos, supimos que la formación de precios respondió en un primer momento a índices, de acuerdo con lo dispuesto por la Tarea Ordenamiento, para posteriormente regresar a la ficha de costo, como ha sido tradicional y de según las leyes económicas.
La ficha, de acuerdo con la especialista, es la sumatoria de todo lo que cuesta producir un bien o un servicio, solo que en estos tiempos de distorsión y poco control, cada quien incluye índices de ocasión, como por ejemplo el tributo o el incremento de la acción de comprar aquí y vender acá y si el mismo producto pasa por varias manos, imagine usted el precio final.
Cierto es que las materias primas cambian de precio con una velocidad ascendente en el mercado internacional, al que se debe recurrir para obtener materias primas y se suman los costos de transportación, aduana y más. Cierto es que la lógica indica la obtención de ganancias, pero no puede ser a toda costa, porque al destinatario final también le cuesta adquirirlo.
Para el empresario estatal hoy día es un verdadero dilema formar la ficha de costo y mantener la premisa de cumplir con su compromiso social, porque desde el punto de vista económico, fabricar pérdidas es convertirse en un lastre para la macroeconomía, además de que debe garantizar el pago a sus trabajadores. Lo imperdonable es inflar en los precios, la ineficiencia con la cual crea.
En el panorama actual aparece de todo –y vuelvo a la caja de Pandora. Los precios crecen casi a diario y el ahogo al bolsillo es ya insoportable para quien gana el sustento de manera honrada. Otro análisis merece quien de manera independiente saca sus cuentas y parece se desquita del semejante que también encarece su vida.
Los emprendedores particulares agrupados o de manera solitaria en diferentes formaciones económicas, superan en Cienfuegos al encargo estatal y no se trata de atacar a quienes resuelven ahora mismo el problema de un mercado desabastecido, sino de buscar asociaciones, equilibrio y control, de manera que todos seamos los beneficiados.
Sin limitar o suspender, hay que revisar en la búsqueda de alternativas que erradiquen el caos imperante. Tampoco la solución es subir los salarios, porque sería peor el remedio que la enfermedad, así que decisores y economistas están abocados a buscar remedios inteligentes y prácticos para devolver la estabilidad al mercado interno.
Los precios no pueden ser conformados al libre albedrío de empresarios y emprendedores particulares. Harina de otro costal son los revendedores estatales e ilegales, este un Estado de derecho, entonces hay que ejercer las leyes e insisto, controlar, un ejercicio que a todas luces parece estar en el fondo y bien al fondo de la mitológica caja.(Tomado de Perlavisiòn)
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