El 1ro. de abril de 1925 se levantaban las primeras columnas del cementerio Tomás Acea, de Cienfuegos, el que se inauguraba un año y siete meses después, y note el detalle de la duración de la obra.
El proyecto y ejecución corrieron a cargo de los ingenieros Pablo Donato Carbonell y Luis Felipe Ross, los que se inspiraron en las ideas más modernas de la época sobre la construcción de camposantos, que dio como resultado un hermoso cementerio-jardín donde las bóvedas, mausoleos y tumbas se integran armoniosamente en el paisaje.
El «Tomás Acea» resultó declarado Monumento Nacional en 1978, sitio al que ahora se le anexa un moderno crematorio funerario, construcción al estilo Art Decó, que según el arquitecto Irán Millán Cuétara, conservador de Cienfuegos, armoniza con el espíritu del camposanto:
«Este sitio, único cementerio-jardín de Cuba, resulta una riqueza patrimonial, en sus áreas verdes, ambientes y ubicación geográfica. El ubicar esta instalación aquí, requirió desarrollar procesos para evaluar en detalle el proyecto, y aquí lo tenemos, con la preocupación estética de proyectistas, constructores e inversionistas.
«Es apreciable la cultura del detalle, que se observa en todos sus espacios y ambientación, la que precisarán los familiares que a ella acudan en un momento luctuoso, con decoro, tal como merecen nuestros antecesores.
«La instalación se ha insertado en el cementerio, con sus áreas verdes, sin romper con la identificación del lugar, su acceso vial, y otras características. Debemos agradecer el apoyo del Gobierno, corren tiempos difíciles, sin embargo, los cienfuegueros demuestran que sí se pueden ejecutar obras necesarias en el servicio, que perduren en el tiempo».
Unos 17 millones de pesos resulta el costo del Crematorio, instalación que forma parte de los Servicios Funerarios, pensado desde el año 2013, y concretado diez años después, para los que con anterioridad era necesario acudir a la provincia de Villa Clara. Sobre su ejecución y puesta en marcha, «5 de Septiembre conversa con Oleyder Tardío Rodríguez, subdirector de inversiones de la Empresa Provincial de Comunales:
«El crematorio cumple todos los requisitos exigidos, relacionados con las normas ambientales y sanitarias. Consta de locales de recepción, espera, oficinas, cuarto de reconocimiento del fallecido (parte del proceso), área de mantenimiento y de cremación, con una buena terminación y dotados de condiciones de confort para los familiares que acuden en un momento difícil».
María Mestre Pérez, la administradora, acota que: «El servicio tiene un valor de 340 pesos, que incluye la urna, y contamos con un stock que lo facilita la insdustria local de Pamex; a través del teléfono 43 53 88 57 pueden comunicarse con nosotros, y los servicios serán contratados con la Funeraria.
La plantilla estará conformada por 24 trabajadores y el centro funcionará las 24 horas, justo cuando contemos con una junta para el cierre de la compuerta del incinerador, único detalle que falta para el comienzo», comentó.
El joven Misael Hurtado operador del incinerador, recibió capacitación en la provincia de Villa Clara en el manejo de la tecnología, y refiere al respecto:
«Este no es un trabajo simple, hay que hacerlo con mucho cuidado y respeto, para eso estamos preparados. Yo creo que la gente debe entender que es mucho más higiénico, con todo y que vaya contra las costumbres funerarias».
Tomado de 5 de Septiembre